La relación entre intolerancia a la lactosa y tu flora intestinal
La verdad es que el 65% de la población mundial no puede digerir bien la lactosa, de acuerdo a diversos estudios realizados en las ultimas décadas. Esto significa que tu cuerpo no produce mucha lactasa, la enzima que nuestro cuerpo ocupa para procesar la lactosa.
Entre los 3 a 5 años todos poseemos altos niveles de lactasa en nuestra flora intestinal. Después de esas edades nuestros niveles empiezan a caer de forma constante para la mayoría de la población. (El 35% de la población mundial posee una mutación genética que les permite producir altos niveles de lactasa después de la infancia).
Si te preguntas cómo es que a pesar de solo ser el 35% de la población aquellas personas que pueden digerir bien lácteos, y la gran mayoría de la población sigue consumiendo lácteos cuando en teoría no deberían poder digerirlos bien… te explicamos lo que está sucediendo ahí:
Mucha gente es intolerante a la lactosa y no lo sabe. No es por ignorar sus síntomas, en realidad varias de estas personas intolerantes nunca presentan síntomas. Y la causa por la que estas personas intolerantes no tienen síntomas luego de comer lácteos se debe a su flora intestinal. Nuestras bacterias intestinales en realidad son las bacterias que nos han estado ayudando a producir lactasa. Y mientras más lácteos les damos, más lactasa producen.
La bacteria de tu colon necesita ser alimentada para sobrevivir. Sea lo que sea lo que les des, esa bacteria lo va usar para adaptarse y prosperar. Personas que acostumbran consumir lácteos en su dieta van a tener más enzimas de lactasa que aquellos que no consumen lácteos, y por lo tanto serán más eficientes digeriéndolo, por lo que no desarrollarán síntomas de intolerancia a la lactosa.
Si digieres mal la lactosa y dejas de consumir alimentos ricos en lactosa, tienes el riesgo potencial de desarrollar síntomas de intolerancia cuando decidas volverlos a retomarlos. Esto se debe a que ya habrías alterado la flora de tu colon, reduciendo el numero de bacterias que digieren la lactosa (porque tu bacteria que quiere lactosa fue remplazado por otro tipo de bacteria que saca mejor provecho a tu nueva dieta). Y por tanto, si volvieras a comer alimentos con mucha lactosa, presentarías las síntomas de intolerancia a la lactosa que probablemente nunca antes habías experimentado.
Cómo re-introducir lácteos en tu dieta
No te preocupes, dejar lácteos por unos meses no significa que no podrás volver a tomar café con leche o comer nieve. En base a estudios se han encontrado maneras para volver a producir mayores niveles de lactasa.
Todo depende de la dosis: No quieres comenzar con una gran cantidad de lactosa en tu organismo, tu cuerpo no va poder con toda esa carga. Empieza con medio vaso de leche tres veces por día. Eventualmente tu cuerpo será capaz de tolerar un vaso lleno de leche. También es importante complementar tu ingesta de lactosa con otras comidas para evitar que tu sistema digestivo se sature de lactosa rápidamente.
El tipo de alimento lácteo también importa: Los quesos y yogures contienen bajos niveles de lactosa. Esto se debe a que durante el proceso para crear quesos se pierde en el camino la gran mayoría de su lactosa. En el caso de los yogures, la bacteria presente en el yogur contiene un poco de su propia lactasa. Por lo tanto, la mayoría de la gente debería poder comer estas comidas sin mucho problema, pero a su vez, estos alimentos no van a ayudarte a entrenar tu cuerpo a que digiera mejor los alimentos con altos niveles de lactosa.
Si ya dejaste de consumir lácteos, o estas en el proceso de hacerlo, no permitas que la posibilidad de desarrollar intolerancia a la lactosa te espante. Simplemente ve consumiendo tus alimentos ricos en lácteos poco a poco, y luego de un tiempo volverás a recuperar tu habilidad de digerir lactosa sin experimentar de más síntomas.
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